Actualizando nuestras fuentes bibliográficas.

[Alba Jiménez]

En un centro de estudios, mientras brindaba una asesoría una estudiante se acerco con la fotocopia de una separata y me pidió le dijera cuál era el significado de una palabra que le aparecía en el texto... "MAZAZGO", ni bien estaba leyendo el texto para encontrar el significado por contexto me dice y hay mas palabras así en toda la separata, y se apresura a mostrarme un listado como de 12 palabras, de esas que solo se le escuchan a gente de setenta u ochenta años... al ver el libro y cuando fue editado la última vez, me sorprendí, el texto es de 1950, habla de "nuevas formas de enseñanza" y aunque los docentes que defienden lo indefendible dirán que ya no hay nada nuevo que inventar ese texto tiene en esta segunda década del siglo XXI casi setenta años; el libro de texto al que hago referencia estaba y seguramente aun lo están utilizando en un centro de educación superior donde están formando docentes con ese texto, la docente es dueña de la cátedra desde hace 18 años.

 

Observaciones:

• Una docente que no actualiza su libro de texto.
• Texto con palabras caídas en desuso 
• ¿Que tan viejo debe ser el libro de texto que utilizamos como respaldo en clases?
• ¿Cómo convencer a docentes con una larga carrera docente que la actualización no es una ofensa es una sugerencia en pro de su trabajo.
• Las innovaciones pedagógicas y didácticas no deben ser satanizadas o guardadas en gavetas, aplicarlas y desarrollarlas es las acciones que se esperan. 

Como modesta sugerencia:

• Si utiliza textos de papel que estos sean de cinco a diez de editado, no más que eso; esto garantiza que estemos brindando datos relativamente actuales y no obsoletos.
• Si no puede comprar textos, utilice la web, busque libros que cumplan los requerimientos de actualización o artículos en la red que estén avalados por profesionales expertos y de fechas recientes.