Hace unos días, estando en clase, se me ocurrió la idea de la llegada del invierno, la navidad, los adornos, etc. Y como podría utilizar todo ello con los más pequeños, que sin darse cuenta de que estoy enseñándole algo, pudieran disfrutar de la clase de lectura, y como no, mientras tanto, abrir debates entre ellos, que para mí siempre son tan fundamentales. Así pues, buscando entre las distintas fichas, ví un árbol de Navidad. Y recordé un cuento, que había oído hace mucho.
Estuve buscándolo por todas partes, pero al no encontrarlo, decidí hacer una versión de lo que me acordaba, y las pocas pinceladas que pude encontrar por Internet.
Os lo dejó aquí, y espero que vosotros sepáis ver la importancia y el valor que tiene:
“Había una vez en el bosque un joven árbol, cuyo único deseo era crecer y hacerse grande como los demás árboles, e iba creciendo año tras año, pero como era muy impaciente nunca le parecía bastante.
De vez en cuando llegaban al bosque unos hombres con grandes hachas, que cortaban los árboles altos y bonitos, haciéndoles caer al suelo, con un gran ruido. Ya en el suelo, le cortaban las ramas, y lo montaban encima de un gran camión.
- ¿A dónde los llevarán?- se preguntaba el joven arbolito- ¿Qué harán con ellos?
En el bosque, nadie sabía responderle, pero a veces, las golondrinas, grandes viajeras que van por todo el mundo, traían noticias de un árbol que había viajado a la ciudad, para convertirse en una farola.
- Ojala yo tuviera esa suerte- pensaba el arbolito- así podría ver toda la ciudad y hablar con la gente.
Otros árboles eran arrancados enteros, con raíces y todo y...
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