RESUMEN
Discernir en el ámbito educativo, sobre la importancia del libro de texto, ha generado gran controversia, desde su origen, fin, estilos, implementación, es así, que el espacio dialéctico permite debatir sobre su incidencia en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Este pequeño texto, deja abierta las perspectivas entorno a esta herramienta, para que a partir de su análisis, se tome la mejor imagen pedagógica de acuerdo a su criterio de uso.
ABSTRACT
Discern in education, about the importance of the textbook, it has generated controversy since its origin, purpose, styles, implementation, so that the dialectical space allows discuss its impact on the teaching-learning. This small text leaves open the perspectives around this tool, so that from its analysis, it takes the best educational image according to its criterion of use.
PALABRAS CLAVES:
Libro de texto, estilos, currículo, didáctica, construcción de conocimiento, entorno cultural, cobertura, extensión, pensamiento, hibrido, comunicación sincrónica-asincrónica, enseñanza, aprendizaje, roles.
KEYWORDS
Textbook, styles, curriculum, teaching, knowledge building, cultural, coverage extension, thinking, hybrid, synchronous-asynchronous communication, teaching, learning, roles.
Quizás, el ser docente es una de las labores más exigentes dentro de un grupo social, ya que esta profesión está supeditada a los procesos de cambio de cada sociedad, esa sociedad cambiante que transforma el currículo de acuerdo a sus necesidades; no obstante, una de las herramientas que ha mutado con la docencia ha sido el “libro de texto,” aquella que se ha convertido en la “Santa Biblia del profe”, así, nos enfrentamos en un ejercicio dialéctico, para reconocer las posiciones más significativas, dentro de la puesta en práctica del currículo a través de éste medio escrito.
Para contextualizar… los orígenes… el “Orbis Pictus” de Comenio, fue el primer libro didáctico en el que combinaba la imagen y la palabra, con el fin de facilitar la lectura, esto se da en el s. XVII, y desde entonces hace parte de la enseñanza. Pero en la actualidad surgen interrogantes alrededor de él. ¿El libro de texto, se convierte en algunos casos en el docente?, ¿se ha generado una dependencia o indiferencia hacia él?, ¿es un instrumento clasista en la actualidad?, ¿realmente aporta al proceso de enseñanza-aprendizaje?; es posible que surjan más interrogantes, pero quedan a la discreción del lector su análisis.
Partiendo de lo anterior, podríamos analizar lo siguiente: las escuelas no son lugares neutrales y consiguientemente tampoco los profesores pueden adoptar una postura neutral Giroux (1990:177) ante el conocimiento, la cultura y su forma de desarrollarla en la práctica. Creer que pueda existir una prosa para los libros de texto universalmente óptima es falsa Westury, (1991: 3686)[1].
Por consiguiente, se suele presentar que en los colegios privados de estrato medio, la selección de libros de texto, parte del hecho de qué editorial ofertaba más, sobre el nivel de compra del colegio o de los estudiantes, a la espera de la mejor prebenda; o en los estratos altos, casi que los libros de textos partian de la tendencia que se estuviera en furor y de la más alta calidad, teniendo un motivo de valor agregado a las pensiones y al progreso académico; pero en el sector publico, de acuerdo a las tendencias educativas y a los programas copiados de otros países, donde la incorporación del libro de texto se da en función de lo rural y urbano (ejemplo: libros del programa P.T.A.[2], Colección L.E.A.[3]) y donde la desigualdad de contenidos marca una gran diferencia en calidad, conviertindolos en parte de ese inventario que se da de baja sin usar, en fin; la autonomia del docente para escoger el libro de texto que mejor se acomode seguirá supeditada a la condiciones administrativas de turno, que promulgará con bombos y platillos el éxito de su propuesta. De esta forma, dificilmente se podrá encontrar una prosa que se ajuste a las necesidaes del estudiante, manejando de esta manera, dos realidades, una la que muestra el texto y otra la que vive el educando en su entorno, con los medios de comunicación y las experiencias cotidianas.
Esto ha sido, el panorama desde lo administrativo, donde la dinámica académica también converge en el docente, donde factores endogenos y exogenos, siguen influyendo en su prespectiva del uso del libro de texto, como lo analiza GUEMES, R.M. (1994) (…) Asimismo, se dedica menos tiempo a la actualización y formación permanente del profesorado, ya que se supone que los que se actualizan son los textos escolares; tampoco se incrementa salarios en relación con la subida del coste de vida, ya que no se puede reivindicar más sueldo para un personal al que se le dejan pocas parcelas de actuación profesional (…).
Es así, que dentro del propio esquema de vida profesional que tiene el docente, el libro de texto puede ser su salvación, ante las presiones gubernamentales y forma de llenar en algunos casos esos vacíos conceptuales ante el avance de la misa sociedad que habita, de una u otra manera ¡el currículo se tiene que cumplir!, esa es la premisa. Por ende, aunque cada docente podría tener sus criterios para catalogar cuál es bueno o malo, lo único cierto es que la efectividad real de los libros de texto como ayuda didáctica, depende del uso que del profesorado pueda hacer de ellos. Heyneman (1981: 243)
Por lo tanto, a pesar que los estudios realizados no son tan actualizados, si se puede seguir presentado los mismos comportamientos en su implementación, como lo considero Zohorik (1991) en algunos estudios de casos al establecer: el estilo “coverage” donde el texto era empleado durante toda la clase, o el de “extension” que además de ser transmisor, permitía el desarrollo de ejercicios en los que se implica al estudiante; esto requiere la comprensión del texto y la aplicación de sus contenidos, por último, el “thinking” mirando el libro de texto como un instrumento para reflexionar, permitiendo que el libro sea el pretexto para pensar y el profesor se vale de él, para comprometer al alumno en actividades que requieren actitud crítica y pensamiento creativo. Quizás, yo le agregaría el “hybrid” (propio), donde el docente arma su propia estructura de contenido del texto para la clase con actividades, a partir del ensamble de varios textos extraídos de la web, y con algunas prácticas de los ya mencionados.
Ahora, el interrogante sería, ¿cuál papel cumple el libro de texto en la actualidad?, pues en pleno s. XXI, donde impera la sociedad del conocimiento, logrando cambiar paulatinamente los roles del docente y discente, convergen nuevas formas de comunicación (sincrónica y asincrónica) y de procesamiento de la información, así, que los entornos de aprendizaje por ende cambian, ¿dónde queda la función del libro de texto?, como lo diría Cabero (2008) los estudiantes del futuro tendrán que poseer diferentes competencias básicas para aprender conocimientos nuevos, desaprender conocimientos adquiridos y ya no válidos por las transformaciones del mundo científico y reaprender los nuevos conocimientos que se vayan generando. También será necesario que estén capacitados para el autoaprendizaje mediante la toma de decisiones, la elección de medios y rutas de aprendizaje y la búsqueda significativa de conocimientos.
Teniendo en cuenta lo anterior, en la actualidad los libros de textos ya se han permeabilizado por los preceptos tecnológicos, reciben apoyo en línea y son en gran parte más dinámicos para la aprehensión de ese conocimiento propuesto por el currículo; cada estudiante de acuerdo al rol que ha adoptado su docente y bajo los criterios del horizonte institucional que los cobije, tendrá como metas: ya no en una escuela de reproducción, de transmisión si no de creación, de construcción de conocimiento, logrando replantear el hecho educativo, formando ciudadanos para una sociedad de aprendizaje constante, donde prevalezcan la inteligencia ambiental como medio de almacenamiento de nuevos saberes, por consiguiente, los libros de texto seguirán vigente desde diferentes ópticas, que no siempre darán respuesta a los interrogantes plateados en este breve derrotero y que tan solo, encontraran la solución apropiada al significado que tiene esta ayuda educativa para el docente, en el criterio que cada quien asume para su uso.
Lo único cierto, es que en algunos contextos se seguirá viendo como la “Sagrada Biblia del profe” de la cual, difícilmente podrán separarse, para seguir abriendo ese espacio de intercambio de conocimiento “significativo”, querido por mucho y cuestionado por otros.
[1] Citado por GUEMES, R.M. (1994). Libros de texto y desarrollo del currículo en el aula. Un estudio de casos. Serie de Tesis Doctorales. Curso 1993/94. Reproducido en Servicio de Publicaciones Universidad de la Laguna.
[2] Programa Todas a Aprender, propuesto por el Ministerio de Educación de Colombia.
[3] Lecciones Estratégicas para el alumno. Técnicas y Métodos de estudio. Otorgado por la Gobernación de Cundinamarca a las Instituciones públicas.
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