Muchas veces nos quejamos de que el alumnado no estudia, no atiende, ... en muchas ocasiones no nos falta razón, pero también debemos pensar en cómo son nuestras clases.
Para mí hay una cosa fundamental para el aprendizaje: Los chicos y chicas tienen que estar en todo momento trabajando, más o menos, haciendo una cosa u otra, pero en activo. Las clases magistrales y expositivas en la ESO no funcionan, al menos cuando duran en exceso.
¿Por qué?
Un compañero nos da su opinión en la última entrada de su blog, y que os invito a leer: "
Peligos del aburrimiento"
Comienza con una referencia a una advertencia que el filósofo José Antonio Marina hace sobre el aburrimiento en su libro "La inteligencia fracasada":
“El aburrimiento -el deseo de experiencias- bajo su inocua apariencia guarda un potencial destructivo sorprendente.”
No debemos aburrirnos, ni el profesorado ni el alumnado. ¿Puede ser esa una de las causas más destructivas del sistema?
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