La conversoterapia.
“El poder de las conversaciones para transformar”
Desde que el “homo sapiens” asumió el trabajo en función de vivir en interacción con el resto de la naturaleza, surgió la necesidad consciente de permanecer en grupos para asumir la defensa de animales salvajes o las inclemencias naturales; y por supuesto producir alimentos y la protección ambiental que garantizara la vida como especie.
Asumir conscientemente la superación de las necesidades implicó concebir el trabajo como proceso humano y eso conllevó a establecer relaciones de entendimiento y acuerdos entre los integrantes de un mismo grupo de seres humanos para lograr los resultados esperados en función de sus expectativas.
Las relaciones entre los integrantes de los grupos para realizar el trabajo originaron asociaciones con normas, formas y métodos de compartir desde el trabajo, dando nacimiento a la sociedad como expresión concreta de la convivencia humana desde el trabajo como proceso.
“El trabajo es la expresión del logro humano, es la expresión pura y espontánea del vínculo entre las personas y el entorno, así también entre las personas y la sociedad; como se deduce, el trabajo tiene una naturaleza biunívoca, inicia procesos a la vez los refuerza, el trabajo en la evolución filogenética del hombre representa el salto cuanti-cualitativo hacia la hominización, y por consiguiente, la construcción social de la humanidad.”(Pereira Lourdes, 2008)
Las relaciones en el proceso de trabajo están determinadas por la comunicación entre los miembros de un grupo o comunidad. El ponerse de acuerdo para realizar tareas comunes o la necesidad de alertar o expresar cualquier idea o emoción trae consigo el surgimiento de la comunicación como un proceso social, mediante el lenguaje, la corporalidad y las emociones.
La comunicación como hecho social aparece de manera implícita en el desarrollo humano; los seres humanos necesitan expresarse para construir posibilidades desde lo que piensan, hacen y sienten. Es impensable una sociedad sin la socialización de sus integrantes desde la comunicación como un hecho social humano.
“Antropológicamente hablando, el término comunicación, debe utilizarse para designar el carácter específico de las relaciones humanas en cuanto son o pueden ser, relaciones de participación recíproca o de comprensión. El término es sinónimo de coexistencia o de vida con los otros, e indica el conjunto de modos específicos que puede adoptar la convivencia como tal, tratándose de medios humanos, o sea, de modos en los que queda a salvo una cierta posibilidad de comprensión. Los hombres forman una comunidad porque se comunican, porque pueden participar recíprocamente en su modo de ser y de esa manera adquiere nuevos e imprevisibles significados.”(Vera,Villegas;1997)
Aunque el proceso de comunicación es bastante amplio, es muy común referirse a él como un proceso de conversaciones, y en mi opinión eso se debe a que el origen antropológico y social de la comunicación tuvo su expresión en la comunicación oral entre seres humanos deseosos de expresar lo que pensaban y sentían mediante sus gestos y palabras.
Las conversaciones son hasta el día de hoy, uno de los procesos más esenciales de la comunicación. Es muy conocido popularmente, las frases:
“Se entiende por conversación a aquel acto comunicativo que se establece entre dos o más partes y que supone el intercambio de ideas de modo tranquilo y respetuoso; en la conversación se habla más bien con familiaridad.”(Definición ABC, 2020).
Es bien sabido por todos nosotros que la mayoría de los conflictos se resuelven luego de una buena conversación, donde predomine la confianza de lo que se dice y el respeto entre las partes, donde se presuma la verdad de lo que se exprese y se garantice los acuerdos establecidos.
Las conversaciones sirven para:
“Una conversación no es hablar por hablar, es un diálogo en el que hay exploración, descubrimiento y aportación. Para ello es necesario dominar el sutil arte de preguntar, y escuchar activa y empáticamente”(Luisa M., 2015).
Una conversación tiene poder transformador cuando su enfoque es positivo, es propositivo, reflexivo y es de calidad. “Una conversación debe ser inspiradora, verdadera y de calidad. El poder de la conversación depende de la calidad de la argumentación y de la empatía (capacidad de sintonizar con la otra persona)”. (González A., 2013).
Cuando usamos las conversaciones como poder desde el aprendizaje transformacional, aprendizaje que cambia la manera en como observamos e interactuamos con la realidad, y que ese poder transformador nos conlleve a un mejor vivir física, emocional y espiritualmente, entonces estamos hablando del uso de la conversación con fines terapéuticos, y eso lo denominaré, a partir de este momento, como conversoterapia, uso de la conversaciones con fines terapéuticos o terapia mediante las conversaciones con el objetivo de contribuir y construir estadios del buen vivir y de felicidad entre quienes participan en el proceso de conversación.
La conversoterapia tiene una metodología para que pueda lograr su objetivo. Una conversoterapia tiene un conversoterapeuta (un profesional con competencias certificadas para el desarrollo personal tales como: Coaching, Inteligencia Emocional, Programación Neurolingüística, etc.), que es el guía, facilitador y orientador de la conversa y un atendido sujeto principal de la conversa que anda en búsqueda de transformación personal, profesional o familiar.
El conversoterapeuta debe abordar con el atendido, solo un tema por sesión y utilizando el método de la dialéctica, identificar mediante preguntas generadoras y una escucha activa, develar las contradicciones fundamentales que muestra el atendido mediante el lenguaje, la corporalidad y la emocionalidad.
Una vez develada las contradicciones, seleccionar la principal y junto al atendido construir alternativas de posibilidades y que sea el atendido el que seleccione la o las alternativas que más sienta afín con su proceso de transformación.
En resumen la conversoterapia consta de cuatro grandes Momentos:
Primer momento: Presentación y selección del tema de la conversación.
Segundo Momento: Desarrollo de la conversación de manera dialéctica para determinar la contradicción principal del atendido.
Tercer Momento: En base a la contradicción principal, construir – de manera conjunta con el atendido - alternativas y posibilidades a la resolución de la contradicción.
Cuarto Momento: Con la o las alternativas seleccionada por el atendido, establecer acuerdos con el atendido para que este asuma su proceso transformacional. Este es el momento de acuerdo, cierre y despedida.
Una conversoterapia será exitosa si asegura el marco ético de absoluta confianza al atendido y además sea una conversa de inspiración y transformación para el atendido. Un conversoterapeuta debe cuidar de imponer su criterio personal, solo debe sugerir alternativas en base a lo que escucha del atendido.
La conversoterapia es una metodología de aprendizaje transformacional usando el poder de las conversaciones.
Bibliografía.
Bienvenido a
Internet en el Aula
Un lugar de encuentro para docentes
Iniciada por Modesto Vega Alonso en Proyectos 1 Sep.
Iniciada por Modesto Vega Alonso en Proyectos 7 May.
Iniciada por Modesto Vega Alonso en Proyectos 1 Ene.
Iniciada por Modesto Vega Alonso en Materiales didácticos 8 Mar 2023.
Iniciada por Antonio Ruiz en Proyectos. Última respuesta de Jose Manuel García Plazuelo 13 Mar 2022.
2024 Creado por Red Social INTEF. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de Internet en el Aula para añadir comentarios!
Participar en Internet en el Aula