Todo tiene su tiempo y el tiempo abre nuevas vías y, al mismo tiempo, cierra otras.
No voy a descubrir yo ahora lo que sucede en nuestro mundo de la enseñanza. Aún quedan compañeros, y compañeras, que pululan por los pasillos con su tiza, su mapa bajo el brazo y algún que otro modelo de molécula hecho con alambre y pelotas de corcho. Eso no es malo, ni se crítica negativamente, simplemente que queda ya en un pasado lejano al que debemos de ir dejando su lugar para "El museo de la educación".
Parece que era ayer, y ya han pasado 25 años, en los que los Ordenadores 2.86 con el sistema operativo MSDOS, nos abrían los ojos viendo que podíamos escribir un texto en un programa que se llamaba wordperfect y podías imprimirlo con unos resultados sociales increíbles. Todos te admiraban, eras un pionero de la Informática (mal definido, pero era lo que se decía). Para muchos mecanoclastas, eras un "adelantado" que pronto reconocería que eso no llegaría muy lejos. Error tan grave para algunos que, aún hoy día, siguen pensando que el ordenador puede destrozarles la vida.
Las aulas, por estos avatares, han ido cambiando, se han ido adaptando. Ya en un principio aparecía el proyector de transparencias sustituyendo al de diapositivas. Con las innovaciones de multimedia, los propios ordenadores personales, la cosa ha ido cambiando a pasos indescriptibles, gigantes, impresionantes. De la famosa web 1.0, donde la revolución en la sociedad de la información supuso un cambio en el concepto de la humanidad, hasta llegar a la web 2.0 y ya con la web 3.0, las propias Redes Sociales, la comunicación se convierte en un elemento indispensable para que las sociedades de todo tipo de cultura se relacionen. Hay atemporalidad y la distancia queda en un plano inoperante, que no afecta a esos procesos de interacción y comunicación.
El tiempo en que vivimos abre, sigue abriendo, nuevas vías de contacto, comunicación, relación, etc., y, a su vez, el mismo tiempo, va cerrando esas obsoletas bancas de madera con hueco para el tintero. Su romanticismo siempre estará en nuestro recuerdo, pero la mesa con la pantalla táctil, la wifi, la conexión a Internet, son hechos que configuran la nueva aula, para definirla como corresponde, ya no es un aula común, es INTERACTIVA. En otro artículo, ya iremos hablando de lo que supone EL CONECTIVISMO.
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