Hola estimadas compañeras y compañeros, el día 12 de marzo vino Jordi Adell a Ibiza a dar una conferencia en el “Club Diario Ibiza” llamada “La educación en la generación digital”, conferencia dirigida principalmente a maestros de primaria, colectivo al que pertenecía la mayoría de los asistentes. De hecho, delante de mí estaba el director del colegio de mi hija.
No os voy a trasladar todo lo que se dijo, ya que lo podéis ver directamente en su página web, pero sí que me gustaría hacer una explicación, un resumen y exponer mi punto de vista.
Mi padre tiene 65 años, y cuando tenía 10 años, sólo tenía coche el rico del pueblo, su hijo era el que tenía una bicicleta, y existía la televisión, pero en blanco y negro, en el bar del pueblo de al lado, además se veía fatal. Un niño de 10 años hoy en día tiene su propio blog.
Pero además este cambio, no ha sido poco a poco, si nos damos cuenta, hace 13 o 14 años, casi ninguno teníamos móvil, e internet era un concepto difuso.
No hace falta aclarar que entre estas generaciones hay un abismo, pero mi padre en su colegio de las Escuelas Pías escuchaba al maestro, subrayaba en el libro y hacía sus divisiones en la libreta Rubio. Exactamente lo mismo que hace mi hija de 10 años en su cole (menos por lo de la libreta Rubio, que ahora tiene otro nombre). Está claro que algo falla, la escuela no ha evolucionado de la misma manera que la sociedad, como dice Marc Prensk, los estudiantes de hoy no son aquellos para los que fue diseñado nuestro sistema educativo.
Las diferencias que establecía Adell eran las siguientes:
Los estudiantes asimilan la información en paralelo, es decir, haciendo varias cosas a la vez, no una tras otra (linealmente).
Acceden a la información de forma aleatoria, cuando y como la necesitan y no secuencialmente e impuesta por alguien.
Las imágenes han cobrado relevancia, y el texto suele ilustrar a la imagen y no viceversa. La relación con los libros y textos escritos ya no es la misma, el libro no es ya sagrado.
No se aprende ya encerrándose en casa, los estudiantes de ahora prefieren estar conectados y no aislados, trabajar en grupo y no individualmente.
Prefieren probar por ellos mismos antes que ser sujetos pasivos.
Requieren de una recompensa inmediata por su trabajo, no una diferida (Esto te servirá cuando seas mayor)
El mundo virtual, que está sostenido por un programa y mucha fantasía, tiene tanta validez como la realidad y se saben desenvolver en él de maravilla.
La tecnología es amiga y no una amenaza intimidante.
¿Cómo tendría que ser la escuela de la “generación digital”? Los profesores de estos “nativos digitales” son personas que en ocasiones saben menos de tecnología que los propios alumnos, o son “emigrantes digitales”, no se han criado desde la cuna con Internet, pero sí que intentan estar al día de los nuevos recursos que son aplicables a la enseñanza, hacen cursos de TIC, saben utilizar una pizarra digital, utilizar Internet como herramienta de clase y tienen su propio blog. Afortunadamente hay muchos docentes ilusionados con poder aprovechar estas herramientas para poder hacer las clases más prácticas, motivadoras e innovadoras
Pero el paso de conocer estas herramientas a utilizarlas de manera efectiva no es tan sencillo. Hay también docentes que de una manera más o menos obligada hacen este tipo de cursos y luego procuran olvidarse lo más rápidamente posible del sentimiento de vértigo, para volver a los libros de texto (y del profesor, claro), y es de entender, porque las expectativas que se abren en el campo de la educación gracias a internet, Wikipedia, las redes sociales, etc., son tan amplias que uno se marea.
Hay también docentes que saben de antemano que no van a poder con ello, y se niegan a cambiar el sistema. Según el periódico “El País” (12/03/09), el 61 % de los profesores de España piensa que la tecnología no sirve de nada en las aulas.
Como profesora de personas adultas (en una Escuela Oficial de Idiomas) me doy cuenta que hay una grandísima diferencia en la actitud ante las nuevas tecnologías entre las generaciones. Para algunas personas es realmente complicado incluso abrirse un correo electrónico, aunque curiosamente todos tienen Internet en casa. No es que no intenten aprender, pero necesitan de una tutela constante para poder hacer las cosas más simples. Creo que la gran diferencia es que los jóvenes entran en una página de internet y tocan , investigan, van de un link a otro y son básicamente autodidactas, mientras que otros se lo piensan cinco veces antes de apretar una tecla.
¿En qué grupo entran los profesores de mi hija? Bueno, sólo os voy a decir que ahora se están aprendiendo el mapa de las comunidades españolas en la asignatura “Conocimiento del Medio”, lo que antes se llamaba “Sociales”, ¿Y cómo lo hacen? Dibujando un mapa de España y aprendiéndoselo de memoria, es decir, exactamente igual que como se lo aprendió mi padre y yo misma. Cuando pienso que hay programas informáticos maravillosos, tenemos Google Earth, y mil posibilidades de aprender lo mismo de manera mucho más interesante y significativa, se me hace un nudo en el estómago. No se puede formar a las personas que serán adultos de dentro de 20 años con los mismos métodos que hace 50 años.
Pero la solución no es tan fácil, claro, y la base está en un cambio de actitud de los profesores, en una formación más específica de los docentes y como no, de proveer a las escuelas de los suficientes equipamientos.
Sobre el cambio de actitud hacía Adell las siguientes propuestas:
Las actividades que desarrollemos han de estar centradas en los alumnos, no en el currículum. El currículum siempre va añadiendo, y no desaparecen cosas de él, puede ser una guía pero las clases han de ser individualizadas para cada grupo.
Trabajemos, pero hagamos que ellos trabajen también. Ellos han de ser los motores de su propio conocimiento, la información que les damos tienen que ser personalizada por ellos, esta es la manera en que se construyen los conocimientos.
Usemos las TIC para lo que sirven, no para todo. No podemos usar un blog como una comunidad virtual ni viceversa, hay muchas herramientas que nos pueden servir, y hay que pensar cual en la más indicada para cada caso.
Los conceptos nuevos hay que debatirlos y contrastarlos, no repetirlos de un libro.
Los alumnos han de ser creadores, no reproductores. Tienen que poder pensar por sí mismos, todos pueden crear y aportar cosas nuevas en la escuela, porque en la sociedad también tienen que poder hacerlo. El reproducir un texto escrito, la idea de otra persona, les puede servir de base, pero lo realmente interesante es lo que ellos puedan aportar.
Las tareas tienen que ser auténticas, no “juegos escolares” que van a parar a un cajón. Con ello se consigue que las tareas tengan su importancia, por ejemplo, colgar la biografía de un personaje de nuestra ciudad en la Wikipedia tiene mucha más importancia que hacer una redacción del mismo personaje y entregársela al profesor, que corrige las faltas, la devuelve al alumno y éste la mete en una carpeta sin mirarla.
Las tareas tienen que provocar emociones, los alumnos se tienen que implicar (¿por qué no?) emocionalmente con lo que están haciendo, o lo que es lo mismo, tiene que ser una tarea motivadora.
La innovación tecnológica no implica la innovación didáctica. Los profesores acogen con entusiasmo aquello que se parece más a lo que ya conocen. Pongamos por caso la pizarra digital, se puede usar exactamente igual como si fuera una pizarra pero sin la molesta tiza, y claro, muchos docentes (no todos) la quisieran para sí. Pero si se hace lo mismo con la pizarra digital que con la pizarra normal, no vale la pena gastarse el dinero, quedémonos con la vieja conocida.
Sobre la formación que debería de tener el profesorado no hizo Adell en su conferencia ninguna referencia. Yo me pregunto, si el nuevo Plan universitario, es decir, Bolonia, ayudará en este aspecto, y habrán nuevas generaciones de profesores con ideas frescas, conocimientos de cómo aprovechar las nuevas tecnologías, siendo también capaces de aplicarlos. También me pregunto si son entonces un problema o pueden llegar a serlo, los profesores que por edad, convicciones, comodidad, u otras razones, enseñan exactamente igual como les enseñaron a ellos.
Al final de su conferencia, Jordi Adell nos dio tres ideas para llevarse a casa, como él decía:
- No olvidar porqué somos maestros: Aprender y explicar lo que has aprendido. o como decía Machado (y esto es de otra conferencia pero viene aquí que ni pintado): “En cuestiones de cultura y saber, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da”.
- Trabajemos juntos en esto. Todos tenemos ideas, actividades creadas por nosotros, preguntas que haces o que responder. Trabajemos en equipo y todos saldremos ganando.
- Divirtámonos.
Después de la conferencia y los aplausos escuché decir detrás de mí “Uff, que vértigo” “Si, todo esto es demasiado”. No me volví por si eran profesores del colegio de mi hija.
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