Proponen que participemos en un carnaval de blogs sobre "el futuro de la educación":

¿Cómo imaginamos que será la educación dentro de 10 o 20 años? ¿Seguiremos usando libros de texto? ¿Estará generalizado el uso de soportes digitales conectados? ¿Habrán cambiado los roles y formas de trabajar de docentes y estudiantes? ¿Se utilizarán metodologías de aprendizaje y evaluación diferentes? ¿Será diferente el aspecto y la disposición de las aulas y los espacios escolares?

carnival.jpgImagen: 'Carnestoltes!//Carnival!'

El presente del aprendizaje ya ha empezado a cambiar, no se aprende igual ni lo mismo que hace 10 o 20 años, y ese cambio será más profundo con la utilización ubicua y generalizada de la nuevas tecnologías, lo cual afectará necesariamente al futuro de la educación. El impacto de los avances tecnológicos ha tenido ya consecuencias importantes de tipo social, económico y cultural y el mundo educativo formal no podrá permitirse seguir ignorando los nuevos medios de gestión y producción de información, que requieren nuevas capacidades y una nueva mentalidad de participación en el conocimiento colectivo.

No es fácil hacer predicciones sobre cómo será la educación en 2020 o 2030, pues es probable que lo que hagamos sea proyectar nuestros propios deseos, pero es algo que parece evidente que el proceso de digitalización de las aulas es irreversible y que debe ir acompañado de un cambio más profundo en la enseñanza, tal como han constatado en sus análisis los docentes y profesionales que han participado en la celebración del ITworlEdu 2011 en Barcelona.

¿Qué entendemos por proceso de digitalización de las aulas? Tiene que ver con el proceso de sustitución del soporte impreso por el soporte digital y las consecuencias asociadas a ese cambio. Por un lado, el uso generalizado de dispositivos digitales conectados, lo cual requiere una conexión robusta y estable en todas las aulas y una adaptación de los espacios a la nueva forma de trabajar y aprender; por otro, el desarrollo de la competencia digital necesaria para tener acceso a una amplia gama de prácticas y recursos que están relacionados con el uso de herramientas digitales de forma integrada en el aprendizaje de todas las materias. En una sociedad cada vez más digital tanto en lo laboral como lo cultural, la adquisición de competencia digital en el sistema educativo será (debería serlo ya) un derecho importante para todos los jóvenes, pues les proporcionará las habilidades, conocimientos y comprensión que les ayudarán a participar activa y plenamente en la vida económica, cívica y social del futuro.

Para ello, será también necesario poder contar con docentes que entiendan y dominen las capacidades relacionadas con esa competencia básica, que tiene que ver con la capacidad de encontrar, seleccionar, gestionar, producir y compartir contenidos en diferentes modos y formatos, colaborar y comunicarse en redes sociales y comunidades, saber cómo utilizar las tecnologías digitales para apoyar con eficacia los procesos de aprendizaje. En un mundo con sobreabundancia de información de acceso inmediato, el libro de texto no puede ser la única fuente de referencia y aprendizaje; se necesitan profesores que no se limiten a transmitir contenidos, que asuman su papel de guía en el proceso de conexión a fuentes diversas de información y su transformación en conocimiento. Ante estudiantes que utilizan habitualmente dispositivos conectados a la Web, serán cada vez menos útiles y tendrán menos sentido las antiguas metodologías de transmisión de contenidos que son memorizados y reproducidos en pruebas de evaluación. Tendrán cada vez mayor importancia las diversas capacidades en el manejo de la información, cuya evaluación no será posible en una prueba reproductiva, sino mediante tareas de investigación y resolución de problemas, con evidencias de aprendizaje que quedarán recogidas en sus portafolios digitales. De igual modo que los títulos académicos tendrán progresivamente menos valor y cobrará más importancia el historial de aprendizaje y producción digital.

¿Será todo esto realidad en 2030? Gran parte de los cambios comentados serán necesarios una vez que la conectividad sea realmente ubicua y el uso de dispositivos portables conectados esté generalizado. Ese escenario no está lejano; puede que sea real en un plazo no superior a 10 años. Y entonces no será posible ser docente sin acreditar la competencia digital necesaria para poder enseñar y gestionar los correspondientes procesos de aprendizaje con la integración de los nuevos medios tecnológicos de información y comunicación.

(Publicado también en El Camarote.)

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