Cuando el visitante recorre los hermosos jardines de la Fundación Serralves, en Oporto (Portugal), llega a una glorieta en la que se encuentra con una herramienta de jardinero. Nada anormal, si no fuese porque ese instrumento tiene más de cinco metros de altura y está pintado en colores vivos y alegres.
Claes Oldenburg: "Balancín-Herramienta" (1984). Weil and Rheim (Alemania).
Tal forma de proceder es una de la señas estilísticas de Claes Oldenburg, escultor nacido en Suecia (1929), aunque residente en los Estados Unidos desde su infancia. Fue en este país donde se forma artísticamente, estudiando en Chicago, aunque a mediados de los años 50 se trasladó a Nueva York, donde tomó contacto con el arte pop, en el que desde entonces podemos incluir su estilo. En una primera fase se decantó por el empleo de materiales blandos y baratos con los que realizaba reproducciones de objetos cotidianos. Sin embargo, pronto pasó a emplear la escayola y llegó incluso a abrir una tienda en la que se vendían alimentos y otros objetos realizados con dicho material. De alguna forma quien entraba en la tienda dejaba de ser espectador para incluirse como una parte más de la obra de arte.
Claes Oldenburg: "Cuchara-puente y cereza".
De manera casi simultánea, Oldenburg compaginó este tipo de obras con otras consistentes en reproducciones de objetos diversos a escala gigantesca. Herramientas de jardinero, pinzas de ropa, frutas, elementos deportivos, son objeto de su atención, evidenciando el interés de jugar con el mero contraste entre el tamaño normal y aquel que emplea el escultor. Además, en numerosas ocasiones, Oldenburg ha mostrado una especial predilección porque tales objetos, aún conservando ese tamaño inusual, casi gigantesco podríamos decir, estén realizados con materiales blandos. Se niega así una de las premisas de la escultura convencional, que tiende al empleo de materiales duros y consistentes. Al mismo tiempo ese carácter blando subvierte el sentido del propio objeto, que ve modificada su forma inicial con una simple presión del espectador. Se trata por tanto de una propuesta del artista para que el observador se acerque a su obra, la toque y la modifique, conviertiéndose así también, de alguna forma, también en creador.
Claes Oldenburg: "Pinza de la ropa" (1976). Philadelfia.
¡Necesitas ser un miembro de Internet en el Aula para añadir comentarios!
Participar en Internet en el Aula