II PLAN GALEGO DE FORMACIÓN PROFESIONAL

[Vicente Sánchez]

En la Comunidad Autónoma de Galicia la Formación Profesional no llena las aulas. Es curioso, ya que un alto porcentaje (80%) de los alumnos que terminan estos estudios consiguen un trabajo relacionado con la especialidad elegida en poco tiempo, y aun así cuesta un esfuerzo enorme que los padres y alumnos vean estos estudios con una perspectiva laboral distinta a la que se tenía hace años, cuando a la FP iba quien "no servía para estudiar"
En esto, la facilidad de conseguir un trabajo después de cursar FP, parecen estar de acuerdo todas la informaciones aparecidas en la prensa cuando se habla de estudios y de Formación Profesional: recientemente se han leído noticias en las que se asegura que algunos universitarios están cursando estudios de Formación Profesional para lograr insertarse en el mercado laboral sin tanta demora, hace unos días en EL PAÍS se comentaba que el 60% de los estudiantes de FP en Cataluña consiguieron un empleo inmediatamente de finalizar sus estudios y que el 34% decide seguir estudiando. Esto viene a explicar en lo que la Formación Profesional se está convirtiendo en la actualidad; por un lado es una fuente de trabajadores cualificados generadora de empleo de calidad y por otro, el carácter inicialmente terminal se transforma en un paso intermedio para seguir la formación académica.
A lo largo de estos últimos años en los que la Formación Profesional se ha modernizado, ha actualizado sus curriculum, ha establecido acuerdos con la empresa privada en cuanto a la formación de los alumnos, ha recibido la inestimable ayuda del Fondo Social Europeo, algo no ha funcionado como era de esperar y la verdad es que es difícil entender las causas. En España en general y en algunas Comunidades en particular no se logra llenar las aulas de Formación Profesional con alumnos procedentes de la ESO y el Bachillerato a pesar de lo expuesto anteriormente. Por parte de las administraciones, cada una dentro de sus posibilidades, se ha realizado un esfuerzo de formación y actualización de los docentes que impartimos clases en estos estudios con el fin de poder ofrecer a los alumnos lo mejor de la educación, pero parece que no es suficiente para convencer a los alumnos y a las familias de las bondades de estos estudios; quizá pese mucho el pasado en la sociedad actual y esto haga difícil la integración de estos estudios dentro del "saco de lo cotidiano".
En la Comunidad Autónoma Gallega la situación no es ni mejor ni peor que en otras, pero la Xunta de Galicia se ha propuesto incrementar el número de alumnos que cursen los estudios de Formación Profesional durante los próximos años. En la actualidad solamente un 36% de los alumnos que finalizan estudios anteriores ingresan en los de Formación Profesional y el reto que se plantea es aumentar sensiblemente ese porcentaje (hasta el 50%). Para ello se ha presentado el II Plan Galego de Formación Profesional. Este es un proyecto en el que están implicadas la Consellería de Educación y la Consellería de Traballo y supondrá una inversión de 700 millones € hasta 2011.
El objetivo es que los trabajadores gallegos compitan en igualdad de condiciones en el mercado laboral europeo, recibiendo una formación adecuada a la demanda del mercado y con una implantación cada día mayor de las nuevas tecnologías.
Europa es quien pone el terreno de juego y no nos podemos quedar atrás. En Lisboa se habló de formación permanente y la estrategia de Copenaghe habla de un marco formativo común o equivalente para todos los miembros de la Comunidad; esto lleva a plantear una formación profesional adaptada a las necesidades de mercado y por lo tanto a crear una vías de formación permanente con el fin de posibilitar la reconversión y adaptación de los trabajadores a lo que un mercado laboral cambiante nos depare.

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