Para comprender el problema de la división digital la clave está en asumir que la barrera más difícil de superar no es la del acceso (infraestructuras; difusión de los artefactos), sino la del uso. En otras palabras, las oportunidades que crean estas innovaciones tecnológicas dependen de la utilización que se haga de ellas y de la forma en que afecten al desarrollo profesional y a la vida de las personas. Desde esta perspectiva, el hecho crucial es la capacidad de cada individuo para utilizar las innovaciones en función de sus necesidades e intereses específicos.
Es una reflexión del artíulo "
La segunda brecha digital",
publicado en FIAP.
Desde el punto de vista educativo, no llega con disponer de tecnología, no llega con aprender a manejar ciertas aplicaciones de hoy, sino que hay que enseñar a las personas de modo que adquieran la capacidad de adaptarse a la innovación y sacarle provecho. Para ello es necesario tener cierta visión de futuro.
Y ojo con las diferencias de género.
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