Algó falló en el congreso presencial.

[Fco Javier Ruiz]

Por fin. Tras un poco de incertidumbre se anuncian las fechas del congreso presencial. ¿Que pronto!. Los que deban reservar hotel ya pueden darse prisa. Así pues, el jueves acudo ilusionado a este primer congreso Internet en el aula en Madrid con ganas de aprender un poco más y buscar nuevas perspectivas educativas. Esperábamos muchos impacientes a que se abrieran las puertas, que finalmente a las 9.05 se abrieron para recoger las acreditaciones. Tuve suerte y fui de los primeros en llegar al mostrador. Muchos aguardaron colas interminables. Una atractiva azafata me dio mi tarjeta y un maletín con lo que suponia era la documentación del congreso. Me retiré para ver lo que incluía y me quedé un poco pasmado al encontrar tan sólo algunos folletos, una libreta y un pendrive junto con el programa del congreso. Bueno al fin y al cabo es un congreso virtual y ya colgarán las contribuciones en la red. Para hacer tiempo paseo por los pocos stands preguntando alguna cosilla y recogiendo "chirimiris", que es como llama una amiga médica a los regalitos que ofrecen los patrocinadores. Bueno aparte de algunos bolis, poca cosa más.
Finalmente a las 9.50 subo al auditorio para eschuchar la presenetación del congreso. Y aquí empieza a ir mal la cosa. El acto comienza a las 10:10, para una presentación que según el programa debía durar media hora y acabar a las 10:30. Tras una conexión con las demás ciudades organizadoras (un poco hartas de esperar a los madrileños) dan la palabra a los que van a presentar el congreso. El primero en hablar es el Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Sr. D. Francisco Ros. Este señor nos aburre con un dircurso eterno sobre lo bien que lo están haciendo regodeandose en inumerables cifras. Tras 35 minutos (sí, 35) de discurso le toca el turno a la Secretaria de Estado de Educación y Formación, Sra. Dª. Eva Almunia. Que en otro discurso de talante similar (tampoco lo veo mal, hay que venderse) nos dedica 20 minutos de presentación. Al pobre Presidente del Comité Organizador, Sr. D. Sebastián Muriel la presentadora no le da ni el turno de palabra y aduciendo que vamos con mucho retraso y nos deja tan sólo 10 minutos (de los 30 previstos) para tomar el café. Bueno no pasa nada ahora viene lo bueno pensaba yo. Stephen Wosniak y J. A. Marina. Recojo uno de los traductores simultaneos y tomo asiento. A las 11:40 empieza el Sr Wosniak a contarnos como empezó con esto de los ordenadores. A pesar de la pésima traducción (en momentos me quito los auriculares para seguirle en Inglés) la cosa está interesante. Pero entonces no salgo de mi asombro cuando una azafata le pasa una nota a la presentadora y pocos instantes después apremia al Sr. Wonsniak para que acabe pronto. El Sr. dice que le faltaba una hojita pero que bueno que no la dice y se despide dando ánimos a los profesores que allí estábamos. Rogándo que sea breve le cede el turno a J.A. Marina que nos deleitaba con un discurso inteligente y ameno cuando de nuevo se levanta la presentadora para señalarle que vaya acabando. Esto es la leche. Y encima nos comunican que no hay debate ni preguntas por el maldito retraso. En vez de acelerar a los Sr. políticos nos acortan a los conferenciantes a los que todos habíamos ido a escuchar. Lamentable. Con un poco de cabreo me acerco a la sala donde comenzaba el panel que había elegido y de nuevo el Sr. que presentaba apremia a los ponentes para que acaben en los 15 minutos previstos. Eso sí debido al retraso nada de preguntas. Pues estamos buenos. De poco sirve que me cuenten como lo hacen en sus centros si no puedo preguntar mis dudas. Ya decía yo que eso de 15 minutos de presentación me sonaba un poco escaso. Apenas les daba tiempo a iniciar la presentación y ya tenían que estar acabando. Eso sí todo procuran ser puntuales. Y hala ya se acaba. ¿Pero a qué tanta prisa? Un desastre. Como mi cabreo ya es mayúsculo decido coger la puerta y largarme de semejante despropósito, perjurando que mañana me esperen sentados. Lo cierto es que en mi centro tenía claustro y el sábado no podía ir. Lo del viernes lo podía haber arreglado pero no me dio la gana.
En fin, con esto no quiero criticar el congreso en sí mismo sino la falta de previsión y la (quiero suponer) inexperiencia de los organizadores unido todo ello a las prisas de una organización tan acelerada. Creo que no pasaba nada si se hubiera dejado para septiembre. Menos prisas seguro.
Bueno espero que los que acudieseis el viernes y hoy sábado tuvierais mejor suerte y todo lo encontreis mejor que lo yo he vivido.
Nos vemos en el virtual.

[©Lola]

Yo vengo con cierta negatividad del congreso en el que he aprendido muy poco, por no decir nada. Me refiero a cosas nuevas.
He oído cosas que yo pienso en las voces de los que saben más que yo y eso me consuela, al menos no me parece que esté pirada.
He visto una y otra vez las mismas experiencias de siempre y las mismas caras de siempre, incluida la mía.
Plataformas donde acumular datos y conceptos, cómo hacer un blog, cómo usar herramientas 2.0 que están al alcance de cualquiera que tenga un rato para aprenderla, pero no oigo cómo distribuir los espacios, los grupos, como fomentar el trabajo en equipo, cómo incrementar el bienestar y la participación del alumnado en la construcción de sus vidas... Esas cosas las dicen los teóricos, que probablemente si se quitaran la corbata y se metieran en un aula con 27 criaturitas, no sepan dar un palo al agua.
Me gustó la ponencia de Meli, del IES Azahar, olía a cambio metodológico, pero también me lo estropeó una señora de la Universidad gallega (no recuerdo cuál), que preguntó a meli: "Tú, como profesOr, cómo organizas los tiempos para que te dé tiempo a dar todos los temas...?" Amén del uso del masculino de una mujer dirigiéndose a otra, que ya es el colmo, esa pregunta que hacen casi siempre tipo una que me hicieron a mí una vez en un cursillín: "Y si haces todo eso, ¿tú cuándo trabajas?" estamos en pañales y tenemos que aguantar que los políticos se coman el tiempo de gente como Wozniak, por diossssssssssss.
Muchas herramientas, pocas ideas sobre cómo cambiar de forma de hacer las cosas. La presentación de la PDI me ha impactado mucho... muda me quedé, con una de esas y una tablita para cada criatura, estaremos aún mejor, así no tienen que levantarse para ir a ninguna parte, ni siquiera a la pizarra. Una de las ventajas que dijo la ponente que tenía la pizarrita era que, si se te estropean los ordenadores a los diez minutos de empezar, la pizarra te salva de que la clase se te vaya de las manos. No daba crédito yo a lo que escuchaba. Si te pasa eso, dedícate a otra cosa. Y para colmo, va la pizarrita, con windows, y se cuelga, una delicia. Limpia sí que es. Menos mal que una maestra de Murcia le da otro aire con nenes de NEE, pero cuando te pones delante del proyector da sombra... ufffffffffffffffff.
He hecho mil kilómetros yendo de sala en sala, he subido y bajado escaleras como una posesa en busca de algo que no he conseguido encontrar... Al menos he hecho deporte. y con el hambre que nos han hecho pasar, traigo un tipín que ya quisieran las azafatas, jejejeje.
Tal vez en el próximo...

[María L.]

Esto de ver el congreso presencial a través de internet resulta algo solitario. Tiene la ventaja de que puedes cambiar de sede o de aula sin molestar a nadie.
Llega la clausura. No sé si me apetece escuchar a los políticos, pero ya es tarde para ir a la playa (aprieta el sol). Falta el micrófono de los 60 segundos.

[María L.]

No cabe esperar otra cosa de congresos basados en la exposición pura de experiencias. En todos los congresos de este tipo a los que he asistido apenas queda tiempo para las preguntas y el debate, y cuanto más concurrido y amplio es el congreso, peor. En ese sentido funcionan bastante mejor los congresos pequeñitos y familiares.
Es que si no hay espacio para la intervención del público éste se convierte en un mero decorado para la foto, como las azafatas.

Siempre que se le da la palabra a los políticos, se extienden indefinidamente hasta el infinito ocupando el doble del tiempo que tenían asignado. No sé cómo lo hacen, pero hablan de tal manera que a quien modera le resulta una tarea fastidiada decirles que se callen. Creo que a los políticos habría que ponerles el micrófono ese de 60 segundos, que una vez pasado el tiempo se esconde. Y sí, asignarles 60 segundos y no más.

Bueno, si os aburrís es estupenda la cafetería o la entrada del recinto, donde se junta la gente para echarse el pitillo (en ese caso el enganche a la nicotina es una excusa estupenda para escaquearse), allí habrá más ambientillo y debate. Hay que recuperar esa magnífica costumbre que teníamos en la universidad de escapar de las palizas insufribles que nos metían e intercambiarlas por tertulias en el bar de enfrente o en la hierba. Aquello sí que era de lo más enriquecedor.

[Yolajb EducaRueca]

Comparto tu visión del congreso, Paco. Pequeña matización que ya reflejé en mi post del jueves; donde tú ves atractivas azafatas yo veo chicas extremadamente delgadas. Y algo agrede mi vista todavía más. En el stand de Telefónica las "azafatas" que nos ayudan a incluir la imagen de la empresa en nuestras vidas van vestidas con los mismos colores del decorado dejando poco claro dónde empieza lo uno y donde acaba lo otro. Había, hace siglos, formas de esclavitud menos sofisticadas contra las cuales era más fácil luchar.