La prueba del orinal

[Juan Carlos Rico Leonor]

Cuentan las malas lenguas que la "Seña Fuencisla" , hacendada de la comarca, trataba de forma insidiosa a sus cuadrillas de segadores que llegaban con los primeros dias de julio de toda la comarca- "Buena cama y buena matanza para los buenos jornaleros" se le oia decir en el mercado de los jueves en Turégano. "El que no trabaje que se vaya con la hoz a Beganzones.." Llevaba años buscando la excelencia en sus segadores, quería a los mejores, los mas abnegados los mas resistentes al hambre y que mejor aguantaran la calor de los surcos...

La siega comenzaba cuando los primeros rayos de luz doraban las espigas y a la hora que su criado Severiano cargaba las viandas del almuerzo de las 10 en las alforjas y serones, los jornaleros ya habían ido y venido unas horas con las hoces en ristre. Fuencisla llenó aquel día varias orzas de barro con lomo en aceite, chorizo de Cantimpalos y torreznos y calentó una olla de sopas de ajo. Le parecieron pocas para la cuadrilla y como no encontró ningún otro recipiente de barro, echo mano de aquel de porcelana que habia comprado el dia anterior para que su marido no tuviese que bajar las escaleras en la noche. Como vió que el criado ponía cara de extrañeza, le dijo: " tu habrás visto que esta nuevo, que no se ha usado, díselo si te preguntan, no se vayan a pensar.."

Pero cuando hecho el corro alrededor del carro, los segadores se aprestaron a cortar las primeras rebanadas de las hogazas, Severiano sacó de las talegas y destapó el recipiente de porcelana y vieron las sopas de ajo con los huevos cuajados en tan insólito continente, a media docena de ellos se les volvió el estómago y las arcadas y vómitos se repitieron durante minutos. Solo Olegario, mozo bragao y curtido en mil batallas por rebañar en el plato de su casa, acertó a dar un puntapié al orinal y las sopas volaron, mientras sus seis hermanos seguian zampando chorizo y torreznos como si tal cosa. Allí terminó el almuerzo para una docena de ágiles segadores cuyos cuerpos se malearon por simpatia. Y así siguiéron en la cena. Era ver sopas y "rompían aguas por la boca". Así que en dos días sus cuerpos se resintieron de las 10 horas de hoz y cazoleta y las fanegas previstas para la siega, se alargaron tanto que Doña Fuencisla les mandó de vuelta con sus esposas y madres... Cuentan las malas lenguas que le costó lo indecible encontrar quien le segase cada año, pues siguió probando el orinal como olla. Y que ella sin embargo se jactaba de tener en su casa a los mejores, a los de mas "cuajo", pues aquella prueba diagnóstica de la capacidad de aguante de sus segadores le servía en cada nueva campaña, para seleccionar gente curtida y dura...Solo tenía que comprar un recipiente blanco de porcelana, mandar sopas en el orinal y la mitad de cada cuadrilla flojeaba en dos jornadas por aquellos surcos. Además, la matanza se estiraba en las ollas hasta los días del aventado de la parva...pues la mitad de los peroles volvian llenos a la casa de la anfitriona.

Cuentan las malas lenguas que las pruebas de diagnóstico que se pasan a los alumnos/as de 4º Primaria y 2º secundaria en el mes de mayo son en buena parte parecidas a la del orinal. Hay a muchos alumnos/as cuyos Profesorado dice que les pilla con mal cuerpo, que vienen en mal recipiente, es decir mal formuladas y que no se corresponden con lo que se enseña en la escuela. Tal es así, que los análisis de resultados posteriores y las propuestas de mejora reflejadas en los Proyectos Educativos o en los planes plurianuales, no pasan de ser superficiales unas veces y de medio pelo otras.

Dicen otros que tampoco hay un esfuerzo docente a título individual o colectivo por colaborar con las agencias de evaluación para proponer y colaborar en fórmulas de excelencia u otras medidas, a pesar de verdaderos esfuerzos de estas por acercar su tarea a los centros.

Ni el problema es del recipiente, ni del contenido. Nadie "de a pie" tiene elementos de valoración suficiente. La culpa no es del formato de las pruebas, ni de quien las prepara. El verdadero problema es que se quieren evaluar competencias en los alumnos/as, que no se trabajan en las aulas de forma sistemática. No se puede trasladar al papel de las pruebas procesos de pensamientos que vayan mas allá de lo analógico, descriptivo o sistemático, es decir, se evalúan mas conceptos, algunos procedimientos y `pocas actitudes. Porque, ¿cómo valorar mediante pruebas escritas la capacidad reflexiva, el juicio crítico, el deliberativo y la creatividad, cuando el docente que corrige ni siquiera ha pensado en que pueda estar haciéndolo con sus alumnos/as?. Y si se consiguen plantear items acertados sobre la competencia social y ciudadana, ¿ha habido estrategias de enseñanza y secuencias didácticas que lo contemplen en las aulas? Os pido que reflexionemos sobre dos casos

El primero es que hace unos dias, la AGAEVE, Agencia de Evaluación Andaluza por mas señas ha lanzado un borrador sobre Estandares para la evaluación y certificación de calidad en el que se explican las características del modelo de excelencia en educación en Andalucia. ¿Ustedes creen que ante unos resultados como los de las ultimas pruebas PISA, la mayoría de los centros andaluces se va a parar en considerar otra búsqueda de excelencia que no sea el que sus alumnos/as no abandonen las aulas o conseguir no ahogarse en tanta diversidad?.Dicen las malas lenguas que algunos docentes buscan la excelencia preparando a sus alumnos/as de cara a las pruebas de diagnóstico.

El segundo es el anuncio de crear en la Comunidad de Madrid Institutos para alumnos sobredotados o de curriculo destacado. Claro que, en primera instancia andan buscando la excelencia de las pruebas para encontrar los alumnos/as a propósito para aquellas paredes, la excelencia de los profesores/as que sepan sacar rendimiento a tan excelso alumnado y un curriculo adaptado a tales condiciones de calidad.

Lo que yo les diga, ambos propósitos son tan elitistas que los estandares para la mejora no tendrán sentido, pues no encontrarán descriptores de buenas prácticas para posibles mejoras, pues las evidencias o no existirán o serán absolutas...No debería ser demasiado problemático para profesores/as tan destacados poder interpretar las variables a través de indicadores de percepción, indicadores de proceso y de rendimiento.Todo ello a través de una planificación estratégica en la que se evaluen unas dimensiones a través de unos estandares y unos descriptores. Y digo yo, ¿no sería mejor crear facultades para profesores docentes sobredotados que entendiesen esta terminología y este proceso?. Mucho me temo que estos intentos de control de calidad no dejan de ser una dura prueba para nuestros delicados organismos.

Pretender que la mayoría de los centros y de los docentes comprendan la necesidad de una evaluación de calidad y otras mejoras, sobre la base de la realidad educativa circundante, que es la que es, que no da mas de si, es una árdua tarea. A veces, lo que se pretende en evaluación es tan alejado de la realidad como lo era el medir la capacidad de aquellos segadores por el aguante de sus estómagos ante la visión de un orinal lleno de sopas de ajo

[Manel Guzmán Almagro]

Hola, Juan Carlos

Comparto totalmente el mensaje de tu artículo (exquisitamente hilvanado, por cierto), y me reconforta ver materializadas unas ideas que seguramente aparecen en la mente de muchos docentes pero no llegan nunca a convertirse en opinión. Las veces que me he encarado por estos temas he quedado como un soñador iluso y trasnochado con tendencia a pensar demasiado, porque nunca he creído en estas pruebas tan postizas y alejadas de la realidad. 

También tengo constancia de que muchos centros- y bastantes docentes amantes de la comodidad y la seguridad-  entrenan a sus alumnos para comer sopas de ajo en un orinal.