Red social docente para una educación del siglo XXI

¿Qué es el honor?

Henchida de orgullo, Gregoria rebuscó los cuatro duros que guardaba en el viejo arca de nogal para el ajuar de su Teodora. La mujer del alcalde le había traido la "buena nueva": su hija sería la Mayordoma de la Pascua. Era el mayor honor que una joven podía alcanzar en su pueblo. Por un día sería el centro de atención de todas las miradas de la muchedumbre que se agolpaba en el Nogal de Elías para "el encuentro del resucitado". Entre risas y chismorreos al paso de los zagales que volvían de las huertas, bajó con las cuatro amigas a las que eligíó como damas de honor a encargar "la Gran Rosca", preñada de frutas escarchadas y las rosquillas a la panadería de Turégano y entre carcajadas se burlaron de las más de cinco arrobas que la romana del molino de Paco cantó de cada una.Era tradición que cada mozuela encargase tantas docenas de rosquillas como kilos rellenasen sus ropajes.

Comenzó entonces una carrera frenética por ensayar y memorizar las canciones y ritos del encuentro; no era tarea fácil pues aunque las habían oido unas cuantas veces, cosa diferente era entonarlas.

La mañana de la Pascua, todo el pueblo y gente de los alrededores, acudía al acto religioso en el que la Virgen, llevada en andas por las cuatro damas y seguida por la Mayordoma que portaba la "gran Rosca" sobre un precioso pañuelo de punto que ella misma había tejido, se encontraba con el hijo resucitado, a cuestas de los muchachos elegidos por las mozas. Sus madres llevaban dulces y rosquillas para la ofrenda. Al final de la liturgia en presencia de un gran gentío y a la puerta del templo, se subastaba la Rosca. El ganador de la puja conservaba el orgullo y la rosca sin malas cosechas... y lo recaudado, que no era "moco de pavo" cuajaba las arcas de la Hermandad. Tras la subasta, las mozas y mozos tomaban los dulces de la ofrenda como aperitivo espirituoso.

Orgullosas y felices, la mayordoma y damas, se acostarían aquella noche con el dulzor en el paladar, sin reales en el arca y sin ajuar, pero con el honor de haber portado la rosca...Si a alguna se le preguntó alguna vez, a ninguna se le pudo sonsacar la convicción de no querer repetir la experiencia al año siguiente.

En un año, los equipos Directivos de los Centros andaluces han tenido que elaborar, con mayor o menor paricipación de la comunidad educativa, el Plan de Centro, con su Proyecto Educativo y sus líneas pedagógicas generales, el reglamento de organización y funcionamiento y el proyecto de gestión.Cada uno de estos documentos da para unos cuantos folios si atendemos la necesidad de compendiar y coordinar desarrollo curricular con convivencia, acción tutorial, atención a la diversidad, evaluación, formación de profesorado, autoprotección, proyecto lector, plan de calidad, escuela 2.0, ecoescuelas, escuelas de paz, Todo un conjunto de "rosquillas".

Una amalgama que tendría sentido si las programaciones didácticas que luego se pusieran en práctica en las aulas, obedeciesen a propósitos innovadores, integradores y contextualizadores Pero me da que la premura en las fechas es la mejor apuesta por una "larga cambiada", un copiado y pegado de las programaciones de cualquier editorial para salir del paso.

Y no acaba ahí la ardua empresa de cualquier Director o Directora de escuela. La mayor será buscar y designar a "mayordomas coordinadores" de Equipos docentes y departamentos.Sobre todo será difícil en Primaria porque la empresa a confiar tendrá una duración de dos cursos. Dos cursos portando la rosca, dos años de reuniones quincenales, asistencia al equipo técnico de coordinación pedagógica, levantar actas, mediar en los pasillos, organizar actividades complementarias, recoger fondos, consensuar decisiones, vigilar ritmos, proponer criterios, decidir estrategias . Todo por el orgullo de "haber sido" y por una recompensa económica en forma de complemento específico con la que ir juntando para el ajuar: 8.000 reales al mes, 2.000 pesetas, 12 euros. Eso si, les quedará el honor, aunque el honor no se pesa, y como decía el maestro de la película El Abuelo de Garci: " ¿Qué es el honor Sr. Conde ?, pues yo se lo voy a decir...el honor es una poca mierda, Sr Conde".

Les propondré a los mios, si logro convencer a alguno/a, un pesaje en una romana al comienzo del mandato, que con la abrumadora cantidad que van a cobrar, encarguen tantas docenas de dulces como kilos refleje la báscula para su degustación al finalizar el mandato y una Gran Rosca de harina de "salvado", que mandaremos a los responsables de tan irreverente estupidez por ver si al menos consiguen un buen tránsito intestinal, que como dice Pérez Royo, eminente psiquiatra, es lo mas cercano a la felicidad...