Lo que a mí me gustaría, si os parece bien, es que redactemos un ejemplo de examen de selectividad que veríamos aceptable. Y si es por competencias, no debería ser fragmentado, sino una tarea integrada, que incluya las diferentes materias.
Si nos sale bueno, y eso llevará un tiempo, podríamos plantearnos darle aire, sacarlo a pasear para que sea conocida en qué consiste nuestra propuesta.
¿Cómo lo veis?
Y me alegro de estar aquí! :)
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Todo un desafío... Pero vale... Me perdonaréis si no estoy muy fina por la falta de práctica y la lejanía de algunos contenidos.
¿Construimos poco a poco? ¿Por ejemplo, partiendo de un problema real?
¡¡Bravo, Jose Luis!! Me parece una propuesta genial y necesaria :-)) Estoy segura que podremos conseguir un ejemplo de examen PAU coherente con el aprendizaje de competencias entre todos.
Hay muchos temas que tendremos que abordar, muchas decisiones que tendremos que ir resolviendo, por ejemplo: ¿a quién se dirigirá este examen? ¿será un exámen de modalidad?
¡¡Yo también me alegro de estar aquí!! :-)
No resulta fácil cambiar el modelo de PAU si seguimos teniendo el Bachiller parcelado en asignaturas. Creo que podrían hacerse evaluaciones por ámbitos, siempre implicando varias competencias. En lugar de tantos exámenes, se podría reducir a tres o cuatro pruebas con un conjunto de competencias que se cruzarían.
Yo creo que como lo plantea Toni, tareas integradas por áreas, al menos, es una posibilidad interesante y realizable. Una sóla tarea integrada de todo me parece que es, hoy por hoy, un jirigay que aún no tenemos suficientes destrezas para acometer con garantías.
Venga, pues ya tenemos enfoque. Pero estaría bien que todo el mundo trabaje sobre todas las áreas, que si no nos volvemos a fragmentar, creo. Y a lo mejor, sin querer, logramos la integrada completa. O no...
se hace camino al andar.
Creo que sería buena idea que fuéramos definiendo estos ámbitos, para poder tomar más decisiones y empezar algunos caminos.
Más que lanzar un borrador desarrollado, completado, elaborado, un churreteo. A ver cómo suena esto...
Las pruebas PAU, tengan uno o varios exámenes, estén más o menos integradas, cuentan con un contexto, en el que aparecen unos personajes que experimentan un problema o tienen que tomar una decisión. El alumnado toma rol de asesor y elige un mínimo (por determinar) de contenidos del currículum o de los currículums, que puedan ser relevantes; además, justifica su elección. Detalla cómo informaría de dichos contenidos a los protagonistas (puede haber diferencias en la información emitida respecto a cada uno). Puede ocurrir que los personajes cuenten con información falsa que deba rebatir. O información parcial que deba completar. También podría evidenciar qué relaciones encuentra entre los contenidos elegidos del currículum con otros que no figuren en él (ampliando, por tanto, la respuesta). Y, finalmente, emite una opinión personal acerca del problema o la toma de decisiones, con pros y contras.
Si veis esta línea, nos ponemos a hablar de cómo se corrige un examen así. Si no, pues buscamos otro enfoque.
Por cierto, que lo veo más fácil que estudiar de memoria.
Yo creo que se podrían delimitar las pruebas, por aquello del guirigay, por las 8 competencias básicas, o agruparlas algo más, colocando la lingüística por un lado (castellano+lengua cooficial+lengua extranjera), matemática por otro, etc.
Opino: La utilización de las lenguas debería valorarse en el resto. Por ejemplo, si se va a proponer la resolución de un problema (de la complejidad que sea), como apunta Jose Luis, la utilización de bibliografía en inglés/francés/alemán/lenguas cooficiales debiera ser una parte. Si se va a exigir una presentación del trabajo realizado, pues con abstract/resumen... Y si hay que comentar un texto, pues alguno de los que se proporcionan para la resolución...
Yo creo que solo distinguiría entre instrumentales, que se valorarían en el resto de pruebas (y tal vez con alguna prueba adicional muy específica), las pruebas de "ciencias" y las de "letras"; esto es, una prueba con recorrido por todo el resto de materias/competencias que integran las especialidades de ciencia/tecnología y otra igual pero en el ámbito de las especialidades de humanas/sociales.
Otra reflexión que tal vez ayude es que no es necesario examinar de todo, porque basta con que todo pueda entrar, no sé si me explico... Los exámenes tienden a hacerse eternos porque somos incapaces de elegir... todo nos parece importante... y sin ser mentira lo importantes que son muchas cosas, una prueba/examen no deja de ser un muestreo de los conocimientos y destrezas del alumnado.
Pues me da la impresión de que se está empezando la casa por el tejado. Lo que habría que empezar a cambiar, desde mi punto de vista, es el currículo de Bachillerato.
¿Hay en él alguna mención a las competencias? Oh! No!
¿Hai sobrecarga de contenidos? Oh! Sí!
Pues las PAU, me temo, son una consecuencia de ello :-(
Cierto: El currículo de bachiller no menciona las competencias por ser "básicas" y por tanto se consideran conseguidas en la ESO. Ello no implica que haya que olvidarlas o que deban ser desterradas de la metodología. Es más, el bachillerato debería enfocarse, más que nunca, por competencias, dado que en la vida real y en los estudios superiores, la tendencia no es especializarse en materias, sino en ser competentes en áreas del conocimiento específicas.
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