Red social docente para una educación del siglo XXI

Cirilo el del rayo

domingo 26 de febrero de 2012 , 00:49 hs

En el cielo se rasgó la oscuridad de la tormenta como el velo del templo de la lectura evangélica, llenando de una luz cegadora el valle. Cirilo despertó en la penumbra del anochecer, desorientado, con la cabeza atormentada por un dolor agudo y vió la roca bajo la que se había resguardado despeñada a los pies de la ladera y los perros mastines muertos, con el pelo chamuscado.Ya venían en su busca, pues Rosa, había avisado a los vecinos de que su marido nunca tardaba tanto en meter el ganado en la "re" y aquella "chispa" había sido tan fuerte, que podía haberle pasado algo malo.Tardaron varios días en recoger el rebaño y a él lo tuvieron que llevar al hospital de La Misericordia en Segovia, porque tan pronto se le venía una especie de amnesia y no recordaba ni quien era ni conocía a nadie o se ponía a chillar hecho un poseso como si le estuviesen abriendo en canal. Allí permaneció una buena temporada, hasta que consiguieron que con medicación de esquizoides, las alucinaciones remitiesen.

A Cirilo le había dejado su padre una docena y media de huertas esparcidas por el valle, pero a él lo que le gustaba era el ganado. Así que dejó en barbecho todas las fincas menos la de Valdearroyo, al lado de aquella ladera bajo el acantilado. Consiguió ser cuidador de un rebaño de cabras y ovejas merinas, ayudado por sus tres mastines a los que hablaba de tu a tu, alentador de cerezas que engordaban y enrojecían con sus mimos, regador de aquellos surcos preñados de judiones y contemplador de un par de docenas de chopos que resguardaban de los cierzos la huerta y se mecian con el solano. No tenía proyectos, ni futuro, solo esperar que sus ovejas pariesen mientras pacian entre tomillo y orégano silvestre y sus álamos engordasen para tablones.Se colocaba siempre unos metros mas allá de donde avanzaban sus sombras a la luz del poniente, pues en una ocasión se troncharon los mas altos, por un fuerte remolino y estuvo a punto de perecer entre sus troncos. En una obrada había sido capaz de amalgamar una producción agricola y ganadera diversificada, integrada, ecológica y de regeneración casi espontanea.

Aquella tarde pasó por allí Manuel, que venia de preparar las caceras para el riego y le inivitó a acompañarle al pueblo, porque "se estaba poniendo muy malo", Cirilo no accedió y le tranquilizó: "yo me meto debajo de la peña, que no hay rayo que la parta"... Pero el rayo cayó, partió aquel acantilado, mató a los perros y la electricidad le taladró el cráneo. No volvió a ser, ni hacer nada de provecho.Se paseaba cabizbajo y dubitativo por las huertas, poniendo y quitando, sembrando y arrancando, haciendo y deshaciendo sin sentido. Lo mas curiosos es que si cualquiera le preguntaba porque hacia aquellos cambios el siempre contestaba que lo que había hecho anteriormente estaba mal...Admitía sin dudar su punto de locura.

La educación en España se queda en barbecho cada cuatro u ocho años durante al menos otros tres, que es lo que tardan los "labriegos" de turno en buscar la simiente a su gusto. Igual de lánguida que la figura de Cirilo, lo mismo de atormentada, traspasada por la electricidad, chamuscada como el pelo de sus pobres mastines, anda la educación en este pais. En una huerta con 17 siembras, los rebaños buscan en amplias alamedas retoños verdes, Es muy difícil guarecerse de tanta tormenta y de sus rayos. Parece haber pasado la peor y se vislumbra la próxima. Y no sabemos si vendrá "hueca", de esas que atronan pero que desparraman la energia en las alturas o de las húmedas que descerrajan rayos a diestro y siniestro.

Nada parece importar, esperamos a que caigan "chuzos de punta" sin tener paraguas ni gabardina que nos proteja. Cada vez que padecemos un cambio político en este pais, cualquier conjunto de "lanzadores de rayos" son capaces de serrar los álamos medio crecidos con la peregrina excusa de que están doblados. Les dan categoría de ventisca a suaves brisas y a poco descuido, culpan a la educación de la ciudadanía de ser la causante del fracaso o detienen programas de innovación exitosos como el de la integración de las competencias básicas en el curriculo para hacerlo a su forma. Se cierran Centros de Profesores o se cambian temarios de oposiciones recién aprobados para fastidiar a cualquier autonomía díscola.

Solo parece importarles el priorizar una mal entendida excelencia y una desenfocada idea de autoridad, cambiando lo establecido hasta el momento, sin un análisis o evaluación previa que separe paja de grano, que se vea adonde llega la sombra de los álamos. Los que tienen capacidad de decisión, llegan al Ministerio, a las Direcciones Generales a las Consejerías autonómicas y desprecian lo que huela a los anteriores inquilinos. Así no vamos a ningún sitio, así es como volver a subir la bola terráquea por la ladera, cual Dios Atlante . Para apostar por el éxito escolar, fomentando medidas para la equidad, la igualdad y la atención a la diversidad hay que establecer pactos, buscar consensos y líneas de acción común. Y tener claro que solo la Escuela Pública bien gestionada será capaz de lograrlo.Hay miles de Cirilos valientes para intentarlo.

Mucho me temo que estos "señores/as de la tormenta", desprecian la fuerza de los rayos. Y mientras, a miles de docentes nos pasa como a Cirilo, o estamos esperando guarecidos y escondidos por si acaso cae el rayo o andamos ya trastornados por la energia del que nos cayó.Y lo peor es que las soluciones parecen tan indescifrables, incontrolables e insondables como la potencia del rayo. ¡Que Dios reparta suerte ...y pararrayos de ilusión!.