Ir acercando progresivamente las TIC a todo el alumnado no sólo depende de demandar mejores dotaciones. También depende de que, partiendo de los recursos y circunstancias que realmente tenemos en los centros, le echemos imaginación.
Hace unos meses leí un artículo de cómo un armarito de aula (¿o era una mesa al revés?) al que se le habían añadido unas ruedas se había convertido en UVI móvil dotado de una especie de botiquín TIC y plataforma para el transporte de equipos averiados. Aquello, me hizo sonreír. Pero era una solución que, en ese caso, parecía funcionar a las mil maravillas.
El viernes pasado terminé de preparar un equipo "reciclado" para un aula situada a unos 150 metros del edificio principal. No me apatecía transportar el equipo en peso, pues en más de una ocasión la espalda se me ha resentido. Así que empecé a pensar en posibles soluciones. Al final, opté por coger la carretilla del huerto escolar, cubrirla con papel continuo y depositar en ella el equipo a transportar. La idea funcionó, pues el transporte fue suave y fácil; de hecho, es la solución que posiblemente aplicaré en próximas situaciones parecidas. ¡Casi me animo a hacerme una foto para dar testimonio del "avance imparable de las Nuevas Tecnologías"!
Cuando los medios no son abundantes ni los más adecuados, lo cierto es que la imaginación es la mejor de las salidas.
Nada se escapa a nuestra imaginación. Hardware, software, ayuda a compañeros, reorganizaciones de horarios... Todo puede haber sido objeto de una solución imaginativa.
¿Qué estamos haciendo en muchos centros para, a pesar de no tener los mejores medios, remediar situaciones de lo más diversas relacionadas con la organización y uso de las TIC a pie de "bit"? ¿Cómo hemos convencido a los compañeros reticentes? ¿Cómo nos las hemos ingeniado para ahorrar tiempo y dinero?
¿Alguien se atreve a compartir esas soluciones al alcance de casi todos?
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